Hoy barremos para casa, o para fuera. Como fuere, barremos en castellano. En “Dolor y Gloria” de Pedro Almodovar (2019) nos encontramos con dos lámparas inigualables. Superclásicos en mayúsculas, curiosamente ambas del año 1965 y que siguen más vigentes que nunca. Es bien sabido la importancia que otorga Almodovar a los decorados y en esta película no es para menos.

Empezaremos por la lámpara Eclisse del fabricante italiano Artemide. Una lámpara diseñada por Vico Magistretti. Pequeña y coqueta, se deja ver con su luz en la mesilla de noche de la madre del personaje de Antonio Banderas. Una de las características de la lámpara es que permite regular la apertura por la que sale la luz, ajustándola al gusto. En esta escena se puede ver en pleno funcionamiento, como un testigo presencial, silencioso y discreto. El diseño responde a los cánones de la época, como una idealización del futuro.

La segunda lámpara que toma protagonismo es la lámpara Pipistrello de Martinelli Luce. Un diseño de la gran Gae Aulenti. En la película podemos verla en dos versiones de diferentes tamaños. Se trata de una lámpara con el cuerpo ajustable en longitud. Pipistrello significa murciélago en italiano, y sin duda evoca el mismo misterio que el animal. Es una lámpara grande, con mucha personalidad y en esta captura se puede apreciar en todo su esplendor. Las nuevas versiones con LED incorporado, permiten regulación de intensidad e incluso en algunas versiones, el cambio en la temperatura de color.

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